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INFIERNO
(un tal duarte)
Alguien
escribió un poema
en
la pared
a veces lo leo
y me entretengo
las
arañas
han
tejido sus telas
observo su arquitectura
estoy horas contemplando
la maravilla de su arte
se
pasean
las
cucarachas
en
las cuatro esquinas
del
encierro
las veo moverse
febriles camineras de la
oscuridad
trato de seguirlas con
la mirada
adivinar sus pasos
hiede,
aquí hiede
los
hongos se descuelgan ávidos
por
el cemento
y
una sustancia espesa
se
pierde entre los ladrillos
en
mis blancos huesos
ya
no hay carne
tras
las cuencas de mis ojos
aún
escarban
las
hormigas
hace
tiempo me dejaron aquí
rotas
las costillas ya son olvido
quizá
es olvido
la
memoria de mi nombre
un
nombre más
destrozado
en el olvido
hasta
estoy perdiendo la memoria
recuerdo
que
en
las noches escuchaba
la
diana llamando a silencio
ahora
sólo un murmullo de olas
me
llega desde lejos
ARTE EN VALPARAISO
Un día de septiembre de 2009 nos dedicamos a recorrer las calles de Valparaíso, sus ascensores, sus cerros. Tal como lo habíamos hecho varias veces antes y como lo hemos hecho varias veces después y cada cierto tiempo.
LA CANCION DE LA CLAVERA
(un tal duarte)
Taca ca taca taca
Taca ca taca taca
la clavera canta
su canción de martillos infinitos
en la fábrica
donde se moldean los hilos del acero
descubrirás el ruido
el metálico canto de la clavera
en el galpón
pesebre gigante de los clavos
escucharás
el metálico canto de la clavera
como un martillo que golpea
con su taca ca taca taca
cien martillos resonando
con su traca ca traca traca
mil martillos
multitud de tambores repicando
la clavera
las claveras desfilando
las estáticas claveras desfilando
Traca ca traca traca
Traca ca traca traca
los mil gritos de las claveras
los mil ruidos de las claveras
hiriendo la hebra de metal
pariendo clavos
clavos ciegos
clavos sordos
sordos
sordos al repiqueteo
del canto de la clavera
los obreros laborando
mudos
aquí sólo hablan las claveras
Taca ca taca taca
Taca ca taca taca
la clavera canta
su canción de martillos infinitos
en la fábrica
donde se moldean los hilos del acero
descubrirás el ruido
el metálico canto de la clavera
en el galpón
pesebre gigante de los clavos
escucharás
el metálico canto de la clavera
como un martillo que golpea
con su taca ca taca taca
cien martillos resonando
con su traca ca traca traca
mil martillos
multitud de tambores repicando
la clavera
las claveras desfilando
las estáticas claveras desfilando
Traca ca traca traca
Traca ca traca traca
los mil gritos de las claveras
los mil ruidos de las claveras
hiriendo la hebra de metal
pariendo clavos
clavos ciegos
clavos sordos
sordos
sordos al repiqueteo
del canto de la clavera
los obreros laborando
mudos
aquí sólo hablan las claveras
Once de febrero de 2014.
Una detención en la ruta internacional que une Osorno con Bariloche.
Cerca del paso Cardenal Samoré.
La imagen muestra los bosques nativos entre las montañas, parte de la carretera, y la ceniza o piedra pómez depositada a orillas del camino, entre los árboles, en la cima de los cerros, producto de la última erupción del complejo volcánico Cordón del Caulle, en 2011.
UNA HISTORIA MÁS
(Un Tal Duarte)
La última vez
que lo vi
fue en una
calle de Santiago
Había estudiado
química
en la UTE
escapó a Europa
vivió en
España, en Rusia, en Alemania,
desde allí nos
llegaban novedades,
colaboró con
“Araucaria”.
En los días en
que leyó
a Joyce y a
Víctor Hugo
hizo de puente
para “la Mosca”.
Compraba libros
antiguos
en los mercados
de Italia.
Estuvo en los
conciertos
del Inti y Pato
Manns,
reunió dinero
para la resistencia.
Volvió a leer a
Proust.
Se entretuvo
con Graham Greene.
Entrevistó a
Fidel Castro
en su paso por
Cuba.
Regresó a Chile...
y no supimos
nada más de él …
hasta hace unos
días
en una calle del
centro de Santiago:
empujaba un viejo carro de supermercado
empujaba un viejo carro de supermercado
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