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REINA DE LA ACERA. (III. Impresión segunda) [3/9]

(Un Tal Duarte)


¿Qué hace esta Venus en medio del griterío de las cotorras?

Entre los vendedores de maní tostado
y las señoras de las ensaladas
eres un retrato con fondo de caos

Muchacha del mediodía
enséñame tu reino de pan y mortadela
muéstrame tu trono de cartón corrugado
condúceme por tus territorios
llévame entre tus súbditos y caballeros:
         los que venden ajo por pilas y cebollas en escabeche
         los que comercian con semillas y plantas medicinales
         los que ofrecen celulares y antenas de televisión
         los príncipes del libro fotocopiado
         los duques de las copias de vídeos
señora
reina
una vez saciada mi curiosa impertinencia
exponme al público con mi lista de canciones
y véndeme como cualquier otro CD pirata

(porque soy la última copia
que se ha deslizado
por tus manos morenas
mirando el cielo
pegado en tus uñas)

REINA DE LA ACERA. (II Impresión Primera) [2/9]

(Un Tal Duarte)


He guardado tu rostro sepia
en el álbum fotográfico de mi memoria

te imaginé
cantante
actriz
o bailarina
te soñé en las pantallas de la TV
donde quisiera ser productor

vislumbré tus pasos
en las pasarelas de la moda
me vi
exponiendo
ante los ojos del mundo
la belleza de tus ojos
generosos en constelaciones

pero sólo soy
el borracho
que se abraza a los semáforos
y conversa con los postes del teléfono
contándoles de este amor


por ti

REINA DE LA ACERA (I. Preámbulo) [1/9]

(Un Tal Duarte) 

Inspirando el sueño nocturno
de estudiantes trasnochados y urgentes
como una flor helada y transparente
brotaste
entre las viejas grietas de la calle

tus labios de rojo
palpitantes
como corazones destrozados

y como siete refajos
siete capas de perfume
cubren tu cuerpo
que tienta
los siete pecados de la carne

nacida en el gentío
parida en el tumulto
hija de la ciudad oscura

emerges

repartiendo una mirada alegre y triste
tiritando inviernos
en las horas húmedas
de un junio pródigo en escarchas

a la voz del policía
el oído atento
al paso del guardián
atenta la mirada

bajo la sombra de los edificios
reinas en esta esquina

el payasito de Mac Donalds sonríe
desde KFC las miradas rompen cristales
los barrenderos recogen esquirlas de amor


por ti...

El volcán y el lago

(Un Tal Duarte)

El volcán y el lago se miran
el uno se busca en el espejo del otro
el otro se arrastra como animal temeroso
a lamer las laderas

sin embargo las laderas son distantes
y la furia es próxima y latente
en el pecho de la tierra

si el volcán respira
el lago teme

si el volcán tose
el lago teme

si el volcán habla
el lago teme

el lago se quiere ir
agarrado de un vuelo
de taguas y pidenes.