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El fugitivo de las azoteas.

Día a día le han perseguido, huyó por recovecos, por callejones malolientes, por calles largas de asfalto y adoquines. Conoce todos los secretos de la urbe. Esta noche contempla la ciudad que se extiende bajo un cielo sin estrellas. Desde la azotea en que se encuentra desciende, cauteloso, a beber de una pileta. Se sumerge en el agua, lentamente, respondiendo al llamado de una voz que le conduce a una ciudad invadida por la luz.
En el oscuro amanecer, los ojos asombrados de los barrenderos municipales observan, encima de la plaza, una nube de mariposas amarillas.

Publicado en: Santiago en 100 palabras de 2003.
(julio 2002)

Mamalluca

(Un Tal Duarte)

Mamalluca
de cuesta polvorienta,
llegamos hasta tus ojos abiertos
por angostas pendientes de silencio
a leer del tejido universal,
de dioses consteladas biografías.

Bajo el cielo que tus manos alcanzan
danzan ninfas de plata en las montañas
con la luna que se alza iluminada
tras una blanca sábana de nieve.

Una nube azul de estrellas remotas,
Venus, de horizontes crepusculares,
y la imagen letal del escorpión
anuncian nuestra ínfima presencia.

Seremos parte de ti, Mamalluca,
polvo milenario, materia cósmica.

Convertidos en mineral vibrante
rodaremos, descendiendo laderas,
para volver de nuevo hasta tu cima
hechos de luz: cometas pasajeros.


(Octubre de 2002)

Nuestros caídos

homenaje a quienes luchando día a día
cayeron en las oscuras celdas de la injusticia
en sus máquinas de tortura, bajo sus balas y bombas...
a los milicianos y milicianas de la Resistencia Chilena.

He vivido por la alegría
por la alegría he ido al combate
y por la alegría muero.
Que la tristeza no sea nunca
unida a mi nombre
(Julius Fusick)


estos hombres
que amaron
que fueron de piedra en piedra
de camino en camino
que abandonaron su patio y su calle
para encontrarse
(sin olvido)
en el centro de la marejada
de manos y puños alzados

que sirvieron de alimento
de semilla y tierra fértil
que fueron labradores
en el amanecer de las montañas
y emergieron como guerreros
en todas partes

estos hombres
que quedaron tendidos al sol
después de cada temporal
secando sus venas desangradas

que vivieron amando
que amaron altivos y serenos

estos hombres más iguales que otros
y aún así diferentes
por su valor y esperanza
por su afán constructor

estos hombres
que fueron armados
de su violenta paciencia
y cuya armadura no bastó
no pudo ser
y fue
fue atravesada por el proyectil
más feroz y cobarde

estos hombres
que conociendo su andar de agonías
veían al final del mundo
un gran árbol lleno de frutos
un canasto alegre
lleno de panes por repartir

que decidieron continuar luchando
a pesar de la muerte
a pesar de fracasos
a pesar de cárceles y duelos

estos hombres
que compartieron
el inicio de la primavera próxima
derrotando inviernos

que no están
y están
cuyos nombres aparecen
de cuando en cuando y siempre
y recordamos
y repetimos
y repetiremos
de generación en generación

estos hombres

estos hombres son los nuestros
los que vinieron de la tierra agreste
de las tempestades
de los inviernos
de sus palas y arados
de sus redes
de su andar por calles
de todas partes
y a muchas horas de la mañana
y estuvieron de bosque en bosque
y nos enseñaron
el valor de la victoria
los caminos que nos quedan
la muerte heroica
silenciosa
como nuestro respeto
como nuestro minuto de silencio
y nuestros gritos callejeros
y nuestros ruidos de conquista

porque estos hombres
que cayeron por la patria
y no dijeron nada
vinieron a dejarnos
este río de eseranzas
esta agua pura y poderosa que bebemos
esta bandera atria
que marca hasta el final

LA RESISTENCIA . . .


(enero de 1986)

Desaparecido

y aunque mañana me busques
no encontrarás
ni la huella dinamitada
de mis huesos

y aún si encontraras
mi cráneo destrozado
o mi grito ahogado en vida por el lodo

y aún si encontraras al culpable de mi muerte
y el lugar preciso en que caí

y aún si pudieras meterme en una tumba
fresca y nueva con su cruz y con sus flores

y aún si los culpables
cayeran del lugar en que están
y des por encontradas todas mis moléculas

y aún si me encontraras medio vivo
en algún lugar del mundo
medio muerto
torturado hasta perder la identidad
hasta no ser yo

y aún si posiblemente
recuperaras tan sólo mi calavera

no me habrás encontrado
no me habrás encontrado
si no ocupas mi lugar
si no escribes los poemas que faltaron
si no luchas codo a codo con el pueblo
no me habrás encontrado
aunque pienses que sí me encontraste
no
no me habrás encontrado . . .


(1985.-)