(Un Tal Duarte)
Ser número.
Ser número
en el árbol
empresarial de la codicia,
en sus raíces que,
como manos colosales,
aprisionan seres:
esqueletos numerarios,
cuerpos minerales,
figuras de barro triste.
Ser hoja solamente,
nada en el desfile de
las horas,
células de agobio
en la fotosíntesis de
los mercados,
cadena alimentaria
de las máquinas,
estirpe condenada
en eternos ciclos
laborales,
neurona moribunda
en la relación
de cálculos
infinitesimales.
El árbol de la
economía crece
sobre una multitud de
espaldas
en el desnudo ocaso
de la sangre
y se cubre
de flores gerenciales
y frutos capitales.
Ser número
no mil ni un millón
sino el número
infinito
del olvido.