(Un Tal Duarte)
Ese
día el restaurante estaba repleto de poetas y narradores que leían sus trabajos
a la espera del aplauso. Después de cada lectura surgían serias discusiones
acerca de la mejor palabra para una rima o de si cierto texto se podía
considerar un cuento o un relato. Quizá las discusiones se acaloraban por causa
del vino. Pero no faltó el desubicado
que, por encima del humo y del ruido, preguntó:
—
¿Y la memoria
histórica?
El
silencio fue total, buscaron por todos lados, hasta que la encontraron debajo
de una mesa, durmiendo la borrachera.
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