homenaje a quienes luchando día a día
cayeron en las oscuras celdas de la injusticia
en sus máquinas de tortura, bajo sus balas y bombas...
a los milicianos y milicianas de la Resistencia Chilena.
He vivido por la alegría
por la alegría he ido al combate
y por la alegría muero.
Que la tristeza no sea nunca
unida a mi nombre
cayeron en las oscuras celdas de la injusticia
en sus máquinas de tortura, bajo sus balas y bombas...
a los milicianos y milicianas de la Resistencia Chilena.
He vivido por la alegría
por la alegría he ido al combate
y por la alegría muero.
Que la tristeza no sea nunca
unida a mi nombre
(Julius Fusick)
estos hombres
que amaron
que fueron de piedra en piedra
de camino en camino
que abandonaron su patio y su calle
para encontrarse
(sin olvido)
en el centro de la marejada
de manos y puños alzados
que sirvieron de alimento
de semilla y tierra fértil
que fueron labradores
en el amanecer de las montañas
y emergieron como guerreros
en todas partes
estos hombres
que quedaron tendidos al sol
después de cada temporal
secando sus venas desangradas
que vivieron amando
que amaron altivos y serenos
estos hombres más iguales que otros
y aún así diferentes
por su valor y esperanza
por su afán constructor
estos hombres
que fueron armados
de su violenta paciencia
y cuya armadura no bastó
no pudo ser
y fue
fue atravesada por el proyectil
más feroz y cobarde
estos hombres
que conociendo su andar de agonías
veían al final del mundo
un gran árbol lleno de frutos
un canasto alegre
lleno de panes por repartir
que decidieron continuar luchando
a pesar de la muerte
a pesar de fracasos
a pesar de cárceles y duelos
estos hombres
que compartieron
el inicio de la primavera próxima
derrotando inviernos
que no están
y están
cuyos nombres aparecen
de cuando en cuando y siempre
y recordamos
y repetimos
y repetiremos
de generación en generación
estos hombres
estos hombres son los nuestros
los que vinieron de la tierra agreste
de las tempestades
de los inviernos
de sus palas y arados
de sus redes
de su andar por calles
de todas partes
y a muchas horas de la mañana
y estuvieron de bosque en bosque
y nos enseñaron
el valor de la victoria
los caminos que nos quedan
la muerte heroica
silenciosa
como nuestro respeto
como nuestro minuto de silencio
y nuestros gritos callejeros
y nuestros ruidos de conquista
porque estos hombres
que cayeron por la patria
y no dijeron nada
vinieron a dejarnos
este río de eseranzas
esta agua pura y poderosa que bebemos
esta bandera atria
que marca hasta el final
LA RESISTENCIA . . .
(enero de 1986)
estos hombres
que amaron
que fueron de piedra en piedra
de camino en camino
que abandonaron su patio y su calle
para encontrarse
(sin olvido)
en el centro de la marejada
de manos y puños alzados
que sirvieron de alimento
de semilla y tierra fértil
que fueron labradores
en el amanecer de las montañas
y emergieron como guerreros
en todas partes
estos hombres
que quedaron tendidos al sol
después de cada temporal
secando sus venas desangradas
que vivieron amando
que amaron altivos y serenos
estos hombres más iguales que otros
y aún así diferentes
por su valor y esperanza
por su afán constructor
estos hombres
que fueron armados
de su violenta paciencia
y cuya armadura no bastó
no pudo ser
y fue
fue atravesada por el proyectil
más feroz y cobarde
estos hombres
que conociendo su andar de agonías
veían al final del mundo
un gran árbol lleno de frutos
un canasto alegre
lleno de panes por repartir
que decidieron continuar luchando
a pesar de la muerte
a pesar de fracasos
a pesar de cárceles y duelos
estos hombres
que compartieron
el inicio de la primavera próxima
derrotando inviernos
que no están
y están
cuyos nombres aparecen
de cuando en cuando y siempre
y recordamos
y repetimos
y repetiremos
de generación en generación
estos hombres
estos hombres son los nuestros
los que vinieron de la tierra agreste
de las tempestades
de los inviernos
de sus palas y arados
de sus redes
de su andar por calles
de todas partes
y a muchas horas de la mañana
y estuvieron de bosque en bosque
y nos enseñaron
el valor de la victoria
los caminos que nos quedan
la muerte heroica
silenciosa
como nuestro respeto
como nuestro minuto de silencio
y nuestros gritos callejeros
y nuestros ruidos de conquista
porque estos hombres
que cayeron por la patria
y no dijeron nada
vinieron a dejarnos
este río de eseranzas
esta agua pura y poderosa que bebemos
esta bandera atria
que marca hasta el final
LA RESISTENCIA . . .
(enero de 1986)
3 comentarios:
Oscar
me parece buenisima tu seleccion de poemas...un abrazo
Gracias Bea,
Estoy tratando de publicar mis escritos y también rescatar algunos poemas que, a mi parecer, o, según mi gusto, merecen ser recordados.
Un abrazo ....
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